Saludos a todos, chic@s. Como le prometà a Sor Alambique, voy a contar unas cositas de mi último Camino. SÃ, ya sé que con meses de retraso, pero yo no tengo la culpa de tener que haberlo hecho en dos partes. La tiene mi jefe. Ruego a Karlitos que si éste no es el subforo adecuado lo cambie, lo cierto es que domino poco este nuevo Foro.
Dejé de Caminar. Me harté del Camino. Dejé la Asociación, también. Me harté de los peregrinos veteranos. Dejé de soñar en Caminos nuevos y pasé a tratar de vivir nuestra época sin escapatorias peregriniles. A nadie sorprenderá ya si digo que el 1 de octubre del 2017 cambió muchas cosas en mi tierra. Quizás a algunos les sorprenda que mis condiciones laborales empeoraran al mismo tiempo que me iba haciendo mayor, seguÃa fumando y engordaba.
Dejé de fumar el 24 de septiembre del 2018, dÃa de la Mercé, patrona de mi ciudad. En los meses siguientes engordé hasta los 156 kg que pesaba el 9 de enero de este año 2019. Un dÃa de finales del anterior, en mi hospital, atendà a una mujer a quien en una clÃnica privada le habÃan hecho una pequeña desgracia. La visité varios dÃas hasta que su herida cerró correctamente. Tras la última visita, y con cierto apuro, me dijo que era dietista profesional y que si querÃa, me hacÃa gratis un plan dietético. Le dije que ni puta gracia, que comer era uno de los pocos placeres que podÃan sustituir a fumar. Pero ella me respondió que no era una dieta de adelgazamiento: era enseñarme a comer sano.
Bien, pues me dejé. Quedó muy claro que ese plan de comer sano debÃa complementarse con ejercicio fÃsico. Y asà se me encendió de nuevo una lucecita que ponÃa "Camino de Santiago".
Ahà me teneis, sin fumar, comiendo sano sin chuletones ni ná, y tratando de caminar unos kilómetros con la vieja mochila sin peso. Patético. Pero uno es muy tozudo y asÃ, contra todo buen criterio, me teneis ya con unos pocos kilos menos en el albergue de Roncesvalles.
Prometo continuar. Se lo debo a una vieja amiga. Buen Camino.
Dejé de Caminar. Me harté del Camino. Dejé la Asociación, también. Me harté de los peregrinos veteranos. Dejé de soñar en Caminos nuevos y pasé a tratar de vivir nuestra época sin escapatorias peregriniles. A nadie sorprenderá ya si digo que el 1 de octubre del 2017 cambió muchas cosas en mi tierra. Quizás a algunos les sorprenda que mis condiciones laborales empeoraran al mismo tiempo que me iba haciendo mayor, seguÃa fumando y engordaba.
Dejé de fumar el 24 de septiembre del 2018, dÃa de la Mercé, patrona de mi ciudad. En los meses siguientes engordé hasta los 156 kg que pesaba el 9 de enero de este año 2019. Un dÃa de finales del anterior, en mi hospital, atendà a una mujer a quien en una clÃnica privada le habÃan hecho una pequeña desgracia. La visité varios dÃas hasta que su herida cerró correctamente. Tras la última visita, y con cierto apuro, me dijo que era dietista profesional y que si querÃa, me hacÃa gratis un plan dietético. Le dije que ni puta gracia, que comer era uno de los pocos placeres que podÃan sustituir a fumar. Pero ella me respondió que no era una dieta de adelgazamiento: era enseñarme a comer sano.
Bien, pues me dejé. Quedó muy claro que ese plan de comer sano debÃa complementarse con ejercicio fÃsico. Y asà se me encendió de nuevo una lucecita que ponÃa "Camino de Santiago".
Ahà me teneis, sin fumar, comiendo sano sin chuletones ni ná, y tratando de caminar unos kilómetros con la vieja mochila sin peso. Patético. Pero uno es muy tozudo y asÃ, contra todo buen criterio, me teneis ya con unos pocos kilos menos en el albergue de Roncesvalles.
Prometo continuar. Se lo debo a una vieja amiga. Buen Camino.